La sanidad divina es una de las grandes promesas de la Biblia. A lo largo de las Escrituras, encontramos numerosos ejemplos de cómo Dios interviene para sanar a los enfermos y restaurar la salud de aquellos que confían en Él. En este listado de 12 versículos sobre la sanidad divina, encontramos una muestra de las promesas de Dios en cuanto a la sanación física y espiritual, así como la importancia de la fe y la confianza en Él para recibir esta bendición divina.
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"Y cuando fue la tarde, trajeron a él muchos endemoniados, y con la palabra echó fuera á los
demonios, y sanó a todos los enfermos" (Mateo 8:16).
"El es el que
perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias" (Salmo
103:3).
"Respondiendo
Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no
solamente haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate
y échate en el mar, será hecho" (Mateo 21:21).
"Y la oración
de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido
pecados, le serán perdonados" (Santiago 5:15).
"Envió su
palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina" (Salmo 107:20).
"para que se
cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras
enfermedades, y llevó nuestras dolencias" (Mateo 8:17).
"Y dijo: Si
oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus
ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna
enfermedad de las que envié a los Egipcios te enviaré a ti; porque yo soy
Jehová tu Sanador" (Éxodo 15:26).
"Jehová está
en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará
de amor, se regocijará sobre ti con cánticos" (Sofonías 3:17).
"Alabad á
Jehová, los que le teméis; Alabadle, hijos de Jacob; Glorificadle, y temedle,
vosotros todos, simiente de Israel; Porque no menospreció ni abominó la
aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a
él, le oyó" (Salmo 22:23-24).
"De modo que
si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí,
son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).
"Amado, yo
deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma" (3 Juan 1:2).
"Quien llevó
él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros,
estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuyas heridas
fuisteis sanados" (1 Pedro 2:24).
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