29 de junio ‘Día del Mártir Cristiano’: Recordando la persecución a causa de la fe en Cristo

 


¿Te has detenido a pensar en aquellos que, en más de 70 países, arriesgan su libertad e incluso sus vidas por reunirse para orar o leer la Biblia? La persecución a causa de la fe en Cristo es una realidad que no podemos ignorar. Pero en este día especial, el 29 de junio, nos reunimos con un propósito común: honrar y recordar a aquellos valientes hombres y mujeres que sacrificaron todo por su creencia en Cristo.

 

El Día del Mártir Cristiano nos invita a abrir nuestros corazones y reflexionar sobre el sufrimiento que tantos hermanos están enfrentando en este mismo instante. En la distancia, pero unidos por un lazo espiritual, oramos fervientemente por todos ellos. Elevamos nuestras plegarias hacia el cielo, pidiendo fortaleza y protección para quienes están siendo perseguidos por su fe.

 

Desde 1967, La Voz de los Mártires ha sido un faro de esperanza para los cristianos perseguidos en todo el mundo. Este inspirador ministerio brinda asistencia práctica y espiritual a aquellos valientes creyentes que, sin importar el costo, llevan consigo el mensaje del evangelio de Jesús. Su labor nos recuerda la importancia de sostenernos unos a otros, incluso en los momentos más oscuros.




¿De dónde surge la idea de celebrar el día del mártir Cristiano? 


Hoy, según la tradición, se conmemora el martirio del apóstol Pablo. Por eso reflexionamos y nos unimos a una corriente de amor y solidaridad que trasciende fronteras y culturas. Personas de todas partes del mundo tomarán un tiempo especial este 29 de junio y durante todo el fin de semana para honrar el legado de aquellos que entregaron su vida en aras del avance del evangelio. Son verdaderos héroes de la fe, y su sacrificio no será olvidado.

 

Inspirados por su valentía, nos comprometemos a mantener viva la llama de la fe y a difundir el amor de Cristo en nuestras propias vidas. Oremos no solo por los perseguidos, sino también por las familias que han entregado a sus seres queridos como mártires de Cristo. Su coraje nos desafía a vivir nuestra fe de manera auténtica y a apreciar la libertad que tenemos para adorar y compartir nuestro amor por Dios.


Unidos en oración y acción por los mártires cristianos y sus familias

 

En este día, en este momento, unámonos en oración y acción. Que nuestra solidaridad y nuestro amor trasciendan las barreras, y que nuestro compromiso con la fe sea inquebrantable. Que el Día del Mártir Cristiano sea un recordatorio de que juntos podemos superar cualquier adversidad y que la esperanza prevalecerá incluso en los momentos más difíciles.

 

Oremos con fervor por todos los cristianos que sufren persecución en el mundo y por aquellos que han sido llamados a ser mártires de Cristo. Juntos, avancemos con valentía y confianza en la promesa de un futuro en el que la fe y el amor triunfen sobre todas las dificultades.

 

En este día recordemos las historias de nuestros hermanos mártires, como la de Abdiwelli Ahmed:



 

Abdiwelli Ahmed descendía de una larga línea de musulmanes devotos de Somalia; donde «ser somalí significa ser musulmán». Le enseñaron que el islam estaba en su sangre. Pero en 1993, mientras estaba en la universidad, comenzó a cuestionar el islam y a comparar el Corán con la Biblia.

 

Cuanto más leía Abdiwelli la Biblia, más se enamoraba de ella. Después de muchas conversaciones con un amigo cristiano, puso su confianza en Jesucristo. Cuando otros alumnos y profesores se enteraron de que Abdiwelli había abandonado el islam, lo consideraron peligroso para su fe.

 

«Fui golpeado —dijo Abdiwelli—. Me hicieron todo tipo de cosas malas. Mi vida estaba en peligro».

 

Finalmente, buscó la guía de un pariente, el pastor Ibrahim, que tenía años de experiencia compartiendo el evangelio con los musulmanes somalíes. Ibrahim llevó a Abdiwelli a un centro ministerial del campus, donde conoció a una nigeriana llamada Helen.

 

«Cuando conocí a Abdiwelli —dijo Helen— me dijo: “Amo al Señor y estoy listo para morir por Cristo”».

 

Pasado el tiempo, los dos se casaron, y servían a los somalíes a través de un ministerio de desarrollo agrícola y compartían audazmente el evangelio con ellos.

 

«Cuando recibíamos amenazas de muerte —dijo su esposa Helen más tarde— orábamos juntos y eso nos daba paz, porque Dios dijo que estaría con nosotros».

 

Al mediodía del 7 de febrero de 2013, veinte años después de que Abdiwelli pusiera su fe en Cristo, tres asesinos lo mataron a tiros mientras hablaba con un pastor en el centro del pueblo.

 

A pesar de su gran pérdida y tristeza, Helen dijo que sabía que Dios usaría el martirio de su esposo para hacer avanzar su reino. «Tenemos un Dios triunfante —dijo—. Sabemos que Dios va a triunfar en esta situación».

 

¡Comparte para muchos hermanos en la fe se unan en oración por la iglesia perseguida!