Iluminando la perspectiva interna: Sanando la 'Miopía espiritual' y expandiendo nuestra visión

 


Un hombre que padecía un serio problema de miopía se consideraba un experto en la evaluación de obras de arte. Un día visitó una galería con su esposa y unos amigos. Debido a que había olvidado los lentes en su casa, no podía ver las pinturas con mucha claridad. Pero eso no le impidió expresar sus opiniones.  

Al detenerse ante lo que pensaba era un retrato de cuerpo entero, no dudó en criticarlo, y con cierto aire de superioridad dijo entre otras cosas que el sujeto estaba vestido de forma ordinaria y andrajosa. 

Luego continuó con sus comentarios despectivos hasta que su esposa logró llegar hasta él y lo apartó discretamente para decirle en voz baja: «Querido, estás frente a un espejo».

La psicología nos dice que la proyección es un mecanismo de defensa que consiste en atribuir nuestras propias faltas a los demás; es algo común en nuestros días. El Señor nos invita a ungir nuestros ojos con colirio para que nos demos cuenta de nuestra verdadera condición espiritual. Una vez que lo hagamos, el Espíritu Santo nos motivará a quitar primero la viga de nuestros ojos antes que señalar a nuestros prójimos para que realicen cambios en sus vidas.

 

¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? —Mateo 7:3


«Si los hombres desean colocarse donde Dios pueda usarlos, no deben criticar a los demás para poner de relieve sus defectos. Esto constituye la tentación especial de Satanás por medio de la cual se esfuerza por estorbar la obra» (El evangelismo, p. 460).

«No debemos dar ocasión para criticar. Un momento de impaciencia, una simple respuesta áspera, la carencia de amabilidad y cortesía cristianas en algunas cosas pequeñas, pueden dar por resultado la pérdida de amigos, la perdida de la influencia. Dios desea que nos presentemos lo mejor posible bajo todas las circunstancias: en presencia de aquellos que son subalternos como también en la presencia de nuestros iguales y superiores» (En los lugares celestiales, p. 232).


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¿Cómo mejoramos nuestra visión espiritual?

Por la oración: Es de esta manera que entendemos que si hay una visión espiritual, la visión del Siervo de Eliseo fue dada por la oración, es la oración la que produce el despertar de la visión espiritual (2 Reyes 6:17) 

Por medio de las aflicciones: 

Si es cierto, las aflicciones muchas veces nos permiten ver lo que antes no veíamos y aun conocer cosas que no conocíamos de Dios; A Job le sucedió después de su aflicción (Job 42:5). 

La visión espiritual es de los que tienen el corazón limpio: 

Jesús dijo que aquellos de limpio corazón verían a Dios (Mateo 5:8), esta característica hace por decirlo de algún modo, que de forma natural los ojos espirituales estén activos para ver lo que Dios quiere con cada uno.

Es un regalo que Dios da al que en Él cree: 

La visión espiritual hace parte de aquel que cree, esto hace que cada creyente tenga el privilegio de no ser confundido, ni estar ciego durante su vida, puesto que Jesús lo dijo en Juan 14:19 al prometernos el Espíritu Santo.

Es esencial mantener un corazón limpio, libre de prejuicios y juicios, para poder ver a Dios y comprender Su propósito para nuestra vida. Por último, la visión espiritual es un regalo divino disponible para todos los creyentes a través del Espíritu Santo, quien nos guía y revela la verdad. 

En lugar de señalar las faltas de los demás, debemos centrarnos en mejorar nosotros mismos y permitir que el Espíritu Santo nos transforme. Al hacerlo, evitaremos caer en la trampa de la crítica destructiva y nos convertiremos en instrumentos de amor, comprensión y gracia. La verdadera visión espiritual nos lleva a reconocer nuestra propia necesidad de crecimiento y a fomentar la edificación mutua en la comunidad de creyentes.


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