El futbolista Santiago Giménez nos ha conmovido con su profunda expresión de gratitud al Señor cada vez que marca un gol en las últimas semanas.
Más allá de
su éxito en el mundo del deporte como delantero del Feyenoord holandés, él se
define, ante todo, como un devoto seguidor de Dios.
En
sus vivencias, encontramos una historia de fe que realmente llega al corazón.
Tras un partido, en una entrevista con Soccer News, compartió: "En los
momentos difíciles, Jesús estuvo a mi lado brindándome apoyo". Sus
palabras reflejan una conexión espiritual genuina, y es evidente que su fe es
un pilar fundamental en su vida.
Santiago
no oculta el papel crucial que la fe desempeñó en su vida, afirmando:
"Dios me salvó. Él me curó de una enfermedad que tenía, por eso hoy toda
la gloria y el honor es para Él. Haré tantos goles como el Señor quiera que
haga". Estas palabras hablan de una gratitud profunda y un compromiso inquebrantable
con su fe.
Un momento de prueba en la vida de
Santiago
Todo
ocurrió en septiembre de 2018, cuando experimentó malestar en su brazo después
de una sesión de ejercicio en el gimnasio. Al comunicar sus síntomas al
personal médico del Cruz Azul, su equipo en ese momento, nadie podía haber
imaginado lo que vendría a continuación. Fue diagnosticado con una trombosis
severa que amenazaba su vida.
Su
padre, Christian Giménez, un exjugador del Boca Juniors y el Cruz Azul,
compartió la angustia que vivieron: "Su vida estaba en peligro. No fue
fácil. Le dije: Santi, a mí me da igual si juegas o no, a mí me importa tu
vida". La gravedad de la situación dejó claro que el fútbol pasaba a un
segundo plano, y la prioridad era la salud y bienestar de Santiago.
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Santiago
tuvo que enfrentarse a tres cirugías médicas, incluida la colocación de un
stent en la vena dañada. Además, requirió tomar medicamentos anticoagulantes,
lo que lamentablemente lo apartó de los terrenos de juego durante varios meses.
Su historia es un testimonio de resiliencia y determinación.
Su relación con Dios
En
su perfil de Instagram, Santiago compartió una imagen que lo mostraba leyendo
la Biblia. En ese momento, aprovechó para hablar de su relación espiritual con
Dios: "Mi relación con Dios no se trata de religión, ceremonias ni ningún
ritual, se trata simplemente de una gran amistad. Lo más importante para mí
para mantener esta relación es la comunicación constante. Le hablo a Jesús a
través de la oración y dejo que Él me hable a través de la Biblia". Esta
intimidad con su fe es palpable en sus palabras y acciones.
Cada decisión de Santiago se entrega en manos de Dios, no por obligación, sino por amor y devoción. Este enfoque le brinda una profunda paz y alegría en su corazón.
Siempre trato de obedecer lo que Dios me dice, no por obligación, sino porque sé que Él quiere lo mejor para mí. Cuando hago esto, me siento realizado, siento paz, amor y alegría. Lo que normalmente hacía por mí, ahora lo hago para Dios. Aprendí a practicar Su presencia en todo momento. Cuando hago cualquier cosa tengo a Dios presente
Sus palabras nos inspiran a todos a encontrar la paz y la alegría en nuestra propia relación espiritual, recordándonos que, al igual que Santiago, podemos encontrar fuerza en la fe.
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