Olvidando lo que queda atrás: Cerrando el Año con Gratitud y Proyectándonos Bajo la Bendición de Dios al nuevo año

  


Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante - Filipenses 3:13

 

Reflexiones. El versículo nos invita a reflexionar sobre el proceso de olvidar lo que queda atrás y dirigir nuestra mirada hacia adelante, a lo que está por delante. Esta enseñanza cristiana es particularmente relevante al cerrar un año y proyectarnos hacia el próximo, confiando en la bendición de Dios para el futuro.

 

El apóstol Pablo, al escribir estas palabras, nos anima a soltar las cargas del pasado, ya sean errores, fracasos, o incluso logros que podrían convertirse en obstáculos si nos aferramos a ellos. Al dejar atrás lo que queda atrás, estamos permitiendo que la gracia de Dios transforme nuestras vidas y nos guíe hacia un futuro lleno de esperanza y propósito.

 

El proceso de olvidar lo que queda atrás implica reconciliarnos con nuestro pasado, aprender de las experiencias, y seguir adelante con humildad y confianza en Dios. Esto no significa ignorar o negar las lecciones aprendidas, sino liberarnos del peso emocional que podría impedirnos avanzar con fe y determinación.


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Al cerrar el año, es apropiado reflexionar sobre los momentos que nos han moldeado y agradecer a Dios por Su fidelidad en medio de las pruebas y victorias. Sin embargo, no debemos quedarnos anclados en el pasado, sino mirar hacia adelante con expectación, sabiendo que Dios tiene planes buenos para nosotros.

 

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. -Jeremías 29:11.

 

La bendición de Dios para el nuevo año se encuentra en Su gracia constante, Su amor inmutable y Su guía sabia. Al proyectarnos hacia el 2024, confiamos en que Dios nos fortalecerá para enfrentar los desafíos, nos dará sabiduría para tomar decisiones correctas y nos guiará en el camino de la rectitud.

 

Filipenses 3:13 nos recuerda que nuestra identidad y propósito no están determinados por el pasado, sino por la gracia redentora de Dios. Al cerrar el año, dejemos atrás lo que ya ha cumplido su propósito en nuestras vidas y avancemos con fe en la dirección que Dios nos señala, confiando en Su bendición para el próximo capítulo de nuestro viaje.

 

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