Reflexiones. Iniciando nuevo
año, muchos de nosotros nos sumergimos en la reflexión y la planificación,
ansiosos por descubrir qué nos depara el futuro. Este año, sin embargo, quiero
invitarlos a adoptar una perspectiva diferente, una que esté arraigada en la fe
y la confianza en la respuesta divina. "Este año será mi año" no solo es una afirmación de metas y
sueños personales, sino también una expresión de la creencia en que Dios
responderá nuestras peticiones de una manera que excede nuestras expectativas.
La Biblia nos enseña que Dios tiene planes para nosotros, planes de bien y no de mal, para prosperarnos y darnos un futuro lleno de esperanza (Jeremías 29:11). Al abrazar esta verdad, podemos comenzar el año con una confianza renovada, sabiendo que el Creador del universo está obrando a nuestro favor. No importa cuán desafiantes hayan sido los años anteriores, este año puede ser diferente cuando confiamos en Dios.
La clave para experimentar el cumplimiento de nuestras peticiones es
alinear nuestros deseos con la voluntad de Dios. En lugar de buscar solo nuestras ambiciones personales,
debemos buscar primero el reino de Dios y su justicia, confiando en que todas
las demás cosas nos serán añadidas (Mateo 6:33). Cuando nuestras metas están en armonía con los propósitos divinos,
abrimos la puerta para que Dios derrame sus bendiciones sobre nosotros.
La oración desempeña un papel crucial en este viaje de
confianza.
A medida que nos acercamos a Dios en oración,
compartimos nuestros sueños, anhelos y preocupaciones. En el libro de
Filipenses 4:6-7, se nos insta a no preocuparnos por nada, sino en todo,
mediante la oración y la súplica, presentar nuestras peticiones a Dios. La
promesa que sigue es asombrosa: "Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús". La paz de Dios es un regalo
divino que recibimos cuando confiamos en Él, independientemente de las
circunstancias.
La paciencia también es esencial en este viaje de fe.
Aunque deseamos
respuestas inmediatas, Dios opera en su propio tiempo, que es perfecto y
soberano. El salmista nos recuerda en el Salmo 27:14: "Espera en el Señor;
esfuérzate, y aliéntese tu corazón; espera, pues, en el Señor". La espera
puede ser difícil, pero durante ese tiempo, Dios está obrando en nosotros,
fortaleciendo nuestra fe y preparándonos para recibir sus bendiciones.
Al afirmar con
confianza que "este año será mi año", también debemos estar abiertos
a la dirección de Dios en nuestras vidas. Sus planes pueden diferir de los
nuestros, pero sus caminos son siempre mejores. Proverbios 16:9 nos recuerda:
"El corazón del hombre piensa su camino, más Jehová endereza sus
pasos". Al confiar en que Dios guía nuestros pasos, podemos avanzar con
seguridad en la certeza de que su voluntad se cumplirá.
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Iniciando este
nuevo año, recordemos que nuestra confianza no está en nuestras habilidades o
circunstancias, sino en el Dios que tiene el control de todo. Al declarar con
fe que "este año será mi año", confiamos en que Dios responderá
nuestras peticiones de acuerdo con su voluntad. Que este año esté marcado por
la paz, la paciencia y la certeza de que estamos en manos de un Dios que cumple
sus promesas.
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