En el Día Internacional de las Víctimas de Violencia Religiosa, los cristianos en Vietnam siguen firmes en su fe a pesar del acoso y las amenazas.
En un mundo donde la libertad religiosa es un derecho
fundamental, hoy nos detenemos a reflexionar y orar por aquellos que, como los
cristianos en Vietnam, enfrentan persecución y violencia por su fe. Hoy 22 de agosto, En el Día
Internacional en Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en
Religión o Creencia, levantamos nuestras voces y corazones por nuestros
hermanos y hermanas que, a pesar del acoso y las amenazas, siguen firmes en su
compromiso con Cristo.
La realidad de la persecución religiosa es dolorosamente
tangible para la comunidad cristiana en Vietnam, un país que ocupa el 35º lugar
en la Lista Mundial de la Persecución 2024. En los últimos meses, el acoso
hacia las iglesias ha aumentado, afectando profundamente la vida de quienes
simplemente buscan adorar y vivir su fe en paz.
Desde marzo, una iglesia local ha sido blanco de constantes interferencias por parte de las autoridades durante los cultos dominicales. Con una congregación de apenas 30 personas, estos fieles han enfrentado no solo la vigilancia opresiva, sino también amenazas directas de personas externas al pueblo. A tal punto ha llegado la persecución que incluso han intentado pinchar las llantas de las motocicletas usadas por los cristianos para visitar a otros hermanos en la fe.
Ante este panorama, los cristianos han tenido que
adaptarse para sobrevivir espiritualmente. Vinh, un socio local de Puertas Abiertas, comparte cómo esta congregación ha comenzado a reunirse en pequeños
grupos durante la semana, en lugar de los domingos, con la esperanza de evitar las
represalias. Además, están en proceso de registrar oficialmente la iglesia, lo
que requiere una reducción de sus actividades para cumplir con las estrictas
demandas de las autoridades locales.
Otra iglesia en la Llanura Centro-Norte de Vietnam ha
vivido una situación similar. A pesar de que el gobierno reconoció la
denominación de la iglesia el año pasado, la vigilancia sigue siendo
implacable. Todos los domingos, las autoridades supervisan de cerca cada
movimiento de la congregación. El temor se intensifica cuando se les advierte
que, si continúan con los cultos, los miembros más pobres perderán los
beneficios de asistencia social y de salud proporcionados por el gobierno. Aun
así, la fe de estos cristianos no se tambalea, y siguen reuniéndose para alabar
a Dios.
Lo más desgarrador es el acoso dirigido a los niños
cristianos en una tercera iglesia. Estos pequeños, que deberían estar centrados
en su educación y su infancia, son observados constantemente por la policía en
sus escuelas simplemente por pertenecer a familias cristianas. A pesar del
miedo que esto genera, estos niños y sus familias continúan participando en las
actividades de la iglesia, confiando en que Dios les dará la fortaleza
necesaria para enfrentar estos desafíos.
En este día tan significativo, elevamos nuestras
oraciones por los cristianos en Vietnam y en todo el mundo que enfrentan
persecución. Que Dios les conceda valentía, paz y protección. Oremos para que
las autoridades locales respeten la libertad religiosa y para que los corazones
de los niños afectados por la vigilancia encuentren consuelo en la presencia de
Dios.
Que este Día Internacional en Conmemoración de las
Víctimas de Actos de Violencia Basados en Religión o Creencia nos inspire a ser
más conscientes, más solidarios y más comprometidos en nuestra intercesión por
aquellos que sufren por su fe.
¡Unidos en oración por la iglesia perseguida!
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