La presión sobre la iglesia crece mientras el gobierno elimina silenciosamente la influencia cristiana.
La persecución en
Turquía ha tomado una nueva forma. En lugar de arrestos mediáticos, el gobierno
ha optado por una táctica más sigilosa: la expulsión de cristianos extranjeros.
En los últimos cinco años, más de 140 creyentes han sido obligados a salir del
país sin posibilidad de regreso.
El caso del pastor
Andrew Brunson en 2018 mostró al mundo la hostilidad del gobierno turco hacia
el cristianismo. Pero, tras recibir presión internacional, la estrategia
cambió. Desde 2019, han comenzado a rechazar visas y a prohibir la entrada de
misioneros sin explicaciones.
📌 LEER TAMBIÉN:
Solo en diciembre
de 2024, 50 cristianos extranjeros recibieron órdenes de salida. Muchos han
tenido que abandonar su hogar de toda la vida, dejando atrás iglesias y
comunidades que ahora enfrentan el desafío de continuar sin ellos.
Turquía, un país
que antes equilibraba el islam y la democracia, ahora refuerza su identidad
islámica, limitando la libertad religiosa. Sin embargo, las iglesias locales
han tomado el relevo y, a pesar de la persecución, el evangelio sigue
avanzando.
Este es un llamado
a la iglesia global. Oremos por las familias que han sido desplazadas, por los
cristianos turcos que ahora lideran en circunstancias difíciles y por la
expansión del evangelio en una nación que cada vez lo rechaza más.
¡SÍGUENOS EN LAS REDES SOCIALES!
FACEBOOK | INSTAGRAM | X | PINTEREST | YOUTUBE | TIKTOK