Las filipinas: Una jovencita. “Mi vestido” murmuró la niña, sus palabras eran casi incomprensibles a través de sus infamados labios. “Por favor, entréguenme mi vestido. Quiero sostenerlo.”
Los cristianos que rodeaban la cama de la niña estaban tristes. A causa de sus extensas lesiones internas, los médicos no podían hacer nada por ella. Semanas antes, los creyentes le habían comprado un vestido blanco para celebrar su nueva vida y su corazón puro en Cristo Jesús.
Su padre no había estad contento con la decisión de su hija de seguir a Cristo. Una noche, ebrio y enfurecido, la atacó, golpeándola y pateándola. La dejo casi muerta tirada en la calle fangosa.
Cuando no se apareció en la iglesia, sus amugas cristianas salieron a buscarla. Encontraron a la niña inconsciente, tirada como un bulto, su vestido, antes blanco como la nieve, ahora estaba cubierto de sangre y lodo. La llevaron a un médico, pero sus lesiones eran muy severas.
Ahora estaba preguntando por su vestido.
“El vestido esta arruinado”, le dijeron sus amigas. Hicieron el intento de que lo olvidara, pensando que ver el vestido arruinado quebrantaría el espíritu de la niña.
Con la fe sencilla de una niña de diez
años, susurró: “Por favor, yo quiero enseñarle el vestido a Jesús. Él estuvo
dispuesto a dar su sangre por mí. Yo solo quiero que Jesús sepa que yo estuve
dispuesta a dar mi sangre por ÉL.”
Poco después, la niña murió.
Tomado de: Devoción extrema.
A Dios no le interesan nuestras habilidades
Tal vez tienes varios talentos, puedes ser profesional, tener mucho dinero, ser muy popular o tocar algún instrumento. Esas habilidades pueden estar al servicio de Dios, pero nada se le compara como cuando ofrecemos nuestra DISPONIBILIDAD al Señor.
Todos esos talentos que poseemos hablan de nosotros mismos, de lo bueno que eres en algo; y nos vemos haciéndolo y poniéndolo al servicio del Señor. Pero, nuestra disponibilidad se refiere a Dios; podríamos imaginar como Dios nos utilizaría en su servicio o en sus planes.
Estar disponible para Dios significa estar dispuesto a obedecer sin importar el costo. Dios quiere que estemos disponibles para servirle sin importar nuestras habilidades específicas. Si eres músico y pones esa habilidad en manos del Señor, está bien, pero ten en cuenta la diferencia que aquí se menciona.
Si estas disponible para Él, el no solo
te usará en el ámbito de la música, si no, en cualquier plan y propósito que Él
tenga con tu vida; y estar dispuesto a aceptarlo y obedecer es DISPONIBILIDAD.
¿Cómo nos volvemos tan dispuestos? Eso, también, es un regalo de Dios. Él nos da el “querer” la voluntad o el deseo de estar disponible para Él.
Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. Filipenses 2:13
¿Estás disponible para Dios? O ¿estás
demasiado ocupado con tus propias habilidades y trabajo?