Descubrimiento arqueológico de 2,700 Años Confirma la Veracidad de las Sagradas Escrituras

Un asombroso hallazgo arqueológico en Jerusalén ha capturado la atención del mundo cristiano y científico. Un sello de piedra de 2,700 años de antigüedad, desenterrado en el Parque Nacional de la Ciudad de David, ofrece una prueba tangible de los relatos bíblicos, conectando nuestro presente con los tiempos del Primer Templo.




 

Israel. El descubrimiento de este artefacto ha generado un profundo impacto no solo entre los arqueólogos, sino también en todos aquellos que valoran las Sagradas Escrituras. El sello, elaborado en piedra negra, ha sido descrito por el Dr. Yuval Baruch y Navot Rom, directores de la excavación, como uno de los más hermosos y artísticamente refinados jamás encontrados en la antigua Jerusalén. Este sello es mucho más que una simple pieza histórica; es un testimonio físico de la cultura y la vida espiritual de hace casi tres milenios.

 

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Lo que hace que este descubrimiento sea aún más significativo es la inscripción en el sello: “LeYeho’ezer ben Hosh’ayahu”. Este nombre no es solo un grabado en piedra; es una conexión directa con las Escrituras. Según los investigadores, el nombre Yeho’ezer aparece en 1 Crónicas 12:7, mientras que ben Hosh’ayahu está relacionado con Jeremías 43:2, estableciendo un puente entre este hallazgo y los relatos bíblicos.

 

El Dr. Baruch explicó que este sello es evidencia de que la alfabetización en tiempos antiguos no era solo para la élite, sino que incluso personas comunes necesitaban leer y escribir para sus actividades diarias. Este hallazgo desafía la creencia común de que solo los más privilegiados de la sociedad podían acceder a la educación.

 

Además, el sello tiene un valor espiritual y legal, ya que probablemente fue utilizado como una firma sagrada en asuntos legales, subrayando su importancia en la vida cotidiana y en la fe de su propietario original, Hosh’ayahu. Tras la muerte de este, su hijo Yeho’ezer heredó el sello y añadió su nombre junto al de su padre, posiblemente con la intención de apropiarse de las cualidades beneficiosas que el artefacto encarnaba.

 

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El Ministro de Patrimonio de Israel, Rabino Amichai Eliyahu, expresó su emoción al respecto, destacando que este hallazgo ofrece una ventana directa a la época del Primer Templo y reafirma la importancia y centralidad de Jerusalén hace 2,700 años. "Es imposible no conmoverse ante un encuentro tan directo e inmediato con un capítulo de nuestro pasado, una época en la que el Primer Templo se alzaba en todo su esplendor", declaró.

 

Este sello de piedra no solo confirma la validez de las Sagradas Escrituras, sino que también nos recuerda la profunda conexión entre nuestra fe y la historia. Cada hallazgo arqueológico que valida la Biblia fortalece nuestra confianza en la Palabra de Dios y nos inspira a seguir explorando los tesoros que aún están ocultos en la tierra santa. ¡Qué maravilloso es poder ver cómo la historia y la fe se entrelazan de una manera tan palpable y significativa!


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