A veces, el
cansancio y las decepciones hacen que nuestras fuerzas se agoten, y es difícil
creer que algo bueno pueda suceder si lo intentamos una vez más. Pero Jesús nos
recuerda que Él es quien tiene el control y que Su tiempo es perfecto.
Cuando Pedro y los
demás pescadores volvieron del mar con las redes vacías, estaban agotados y
listos para rendirse. Habían trabajado toda la noche sin éxito. Sin embargo,
cuando Jesús les dijo: “Lanza la red otra vez”, algo en Su voz inspiró
esperanza y obediencia. A pesar de su cansancio, Pedro confió en Su palabra, y
ese acto de fe desató una bendición tan abundante que las redes apenas podían
sostener el peso de los peces.
"Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar... Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía" (Lucas 5:4,6).
Esta historia nos
recuerda que no importa cuántas veces hayamos intentado, fracasado o perdido la
esperanza; si Dios nos dice que lo intentemos una vez más, Él tiene un
propósito especial detrás de esa instrucción. Quizá en este momento, Jesús
también te está diciendo: "Quiero
que lo vuelvas a intentar".
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No se trata solo de
nuestros esfuerzos, sino de Su poder trabajando en nosotros. Cuando obedecemos,
aunque no veamos de inmediato el resultado, Él abre puertas y nos llena de
abundancia en formas que jamás imaginamos.
Hoy, escucha la voz
de Jesús. Si Él te pide intentarlo una vez más, confía en que Él te respaldará.
Dale una oportunidad para obrar y verás Su mano poderosa. ¡Lanza tu red otra
vez y deja que Dios te sorprenda!
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