Jesús se levantó y
dio una orden al viento, y dijo al mar: —¡Silencio!
¡Quédate quieto! El viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo. – Marcos
4:39
Reflexiones. ¿Alguna vez has sentido que tu vida es como una barca
perdida en alta mar, muy lejos de su puerto seguro? Ese puerto representa todo
lo que anhelas: paz, estabilidad y propósito. Pero ahora, las olas parecen
empujarte más y más lejos, y el horizonte se ve incierto.
Es fácil sentirse vulnerable cuando el agua es profunda y
el puerto está lejos. Sin embargo, recuerda esto: Jesús está en tu barca.
Aunque sientas que el viento es fuerte y la tormenta no se detiene, Él no te
abandona.
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Dios usa estas temporadas de alta mar para enseñarnos a
confiar, a dejar que sea Él quien tome el remo. Cuando parece que todo está
fuera de control, es cuando Su poder se perfecciona en nuestra debilidad.
Tal vez tu barca esté lejos del puerto, pero no está
fuera de Su alcance. Él sigue siendo el capitán de tu vida, guiándote incluso
en medio de las corrientes más inciertas. Cuando no sepas hacia dónde remar,
recuerda que Su amor te sostiene y Su promesa te ancla. El puerto seguro
llegará, pero mientras tanto, confía en Aquel que calma las tormentas.
🙏 Oración 🙏
Señor, en estos momentos cuando me siento perdido y lejos
de mi puerto, ayúdame a recordar que Tú eres mi refugio y fortaleza. Toma el
control de mi barca y llévame hacia donde Tú sabes que debo estar. Confío en
que, aunque no vea el puerto ahora, estás conmigo en cada ola. En el nombre de Jesús,
amén.
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