Reflexiones. A veces, llegamos
al final de un año con una sensación de vacío, preguntándonos por qué no
logramos aquello que deseábamos o esperando una respuesta divina que parece no
llegar. Pero quiero recordarte algo: Dios nunca está inactivo, incluso cuando
parece que no está haciendo nada.
1. El propósito de
Dios no depende de tu calendario
Nuestros tiempos no
son los de Dios. Isaías 55:8-9 nos dice:
"Porque mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,
dice Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos
más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos."
Aunque no veas
avances, Dios sigue trabajando detrás de escena, preparando tu corazón, tus
circunstancias y tu propósito. Él no está sujeto al calendario; su tiempo
siempre es perfecto.
2. ¿Qué significa
"no pasó nada"?
Quizás estás
midiendo el progreso con la vara equivocada. ¿No te diste cuenta de cómo
creciste en paciencia, fe o dependencia de Dios? A veces, Dios no responde con
cambios externos porque está trabajando primero en nuestro interior. Romanos
8:28 dice:
"Y sabemos que
a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados."
Ese "aparente
vacío" es el terreno fértil donde Dios está cultivando algo mayor.
3. Dios no se
olvidó de ti
Es fácil sentir que
nuestras oraciones no fueron escuchadas. Sin embargo, la Biblia nos asegura que
Dios escucha cada clamor. Salmos 34:15 lo confirma:
"Los ojos de
Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos."
Si la respuesta no
llegó, es porque Dios tiene un plan mejor. No confundas su silencio con su
ausencia.
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Aunque este año no
haya traído las respuestas que esperabas, recuerda: la obra de Dios en tu vida
no ha terminado. Confía en que Él tiene un propósito eterno, mucho más grande
que un simple calendario. Ora, espera y sigue caminando en fe. Tu temporada
llegará.
🙏 Oración 🙏
Señor, aunque no entienda tus planes, confío en que estás conmigo. Dame fe para esperar, fuerzas para seguir adelante y un corazón lleno de esperanza para creer que tu propósito se cumplirá en tu tiempo perfecto. Amén.
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