¿Hijos o Mascotas? Una Pregunta Que Define Nuestra Sociedad
2023 fue un año especial para los vendedores de carritos
de Corea del Sur. Por primera vez vendieron más modelos para perros y gatos que
para bebés.
Vivimos en tiempos donde cada vez más personas eligen
tener perros y gatos en lugar de formar una familia con hijos. Los tratan como
bebés, les celebran cumpleaños, les compran ropa especial y hasta les dejan
herencia. Mientras tanto, la paternidad y maternidad parecen perder su valor en
la sociedad.
¿Es esto solo una moda o hay algo más profundo detrás?
Desde una perspectiva cristiana, este fenómeno nos lleva a reflexionar sobre el
propósito divino de la familia, la responsabilidad de la crianza y el lugar que
ocupan los animales en la creación de Dios.
Un
Cambio de Prioridades: ¿Qué Nos Está Pasando?
No se trata de satanizar el amor por las mascotas. La
Biblia nos enseña que Dios cuida de toda su creación:
"El justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel" (Proverbios 12:10, RVR60).
"Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla..."
Pero hoy, en nombre del "bienestar personal",
muchas personas consideran a los hijos como una carga, mientras que ven a sus
mascotas como una fuente de compañía sin compromisos mayores. La sociedad ha
pasado de valorar el sacrificio y la entrega de la crianza a buscar relaciones
que exijan el menor esfuerzo posible.
El
Egoísmo y el Temor a la Responsabilidad
Muchos deciden no tener hijos por miedo a perder su
estilo de vida, su comodidad o su independencia. Sin embargo, la Biblia nos
enseña que los hijos son una bendición y un legado:
"He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre" (Salmo 127:3, RVR60).
El enemigo ha trabajado en el corazón de la humanidad para distorsionar la verdad: lo que Dios llamó bendición, el mundo lo presenta como carga.
Además, en una sociedad donde se promueve el
individualismo, el mensaje es claro: “vive para ti mismo”. Pero Jesús nos
enseñó algo diferente:
"El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame" (Lucas 9:23, RVR60).
Criar hijos requiere amor, paciencia, sacrificio y una entrega que solo se comprende a la luz de la voluntad de Dios.
Dios
Diseñó la Familia, No el Reemplazo de Esta
Si bien los animales pueden ser una gran compañía, jamás
pueden reemplazar el valor de una familia. La diferencia entre un hijo y una
mascota es espiritual: los seres humanos fueron creados a imagen de Dios
(Génesis 1:27), con propósito eterno, mientras que los animales son parte de la
creación, pero no poseen alma ni el mismo destino eterno.
Jesús vino al mundo para salvar a los seres humanos, no a
los animales (Juan 3:16). Esto nos muestra la prioridad de Dios: ¡las personas
son lo más importante para Él!
Regresemos
al Diseño de Dios
Este artículo no busca juzgar a quienes aman a sus mascotas, sino invitar a reflexionar sobre el diseño divino para la humanidad. Dios nos ha llamado a formar familias, a amar y a criar hijos que lleven su luz a este mundo.
Si Dios te ha dado la bendición de ser padre o madre,
abrázala con gratitud. Si aún no has tomado esa decisión, pídele a Dios
dirección. No permitas que el mundo te engañe con falsas prioridades.
Porque al final, cuando partamos de esta tierra, no serán
nuestras mascotas quienes continuarán nuestro legado, sino las vidas que
hayamos impactado con el amor y la verdad de Cristo.
¿Qué opinas sobre este tema? Déjanos tu comentario y
comparte esta reflexión.
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