Una transformación inesperada: El poder del Evangelio en tierras no alcanzadas.
Una tribu remota en
Kenia vivió un momento inolvidable cuando, por primera vez en su historia,
escuchó el mensaje de salvación de Jesús. La respuesta fue sorprendente: casi
todos los presentes decidieron entregar su vida a Cristo.
La misionera
estadounidense Angi Magoulis fue testigo de este poderoso encuentro. Con una
Biblia en mano y la ayuda de un intérprete, compartió el Evangelio con la
comunidad. Lo que ocurrió después dejó a todos sin palabras: la tribu escuchó
con profunda atención y, al final de la predicación, la mayoría levantó la mano
aceptando a Jesús en su corazón.
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“Desde el primer
momento, disfrutaron cada palabra de la Palabra de Dios”, expresó Magoulis en
sus redes sociales. “Este momento hace que todo en mi vida valga la pena. Oren
por mí. Llevaremos el Evangelio a nuevas tribus”, agregó, mostrando su deseo de
seguir extendiendo el mensaje de Cristo a más lugares.
Una necesidad
urgente: Millones aún no han oído hablar de Jesús
Este impactante
testimonio pone en evidencia la gran cantidad de comunidades que aún no han
sido alcanzadas por el Evangelio. De acuerdo con el ,
aproximadamente 3.390 millones de personas en el mundo—el 42.5% de la población
global—nunca han escuchado acerca de Jesús.
Los llamados
"grupos étnicos no alcanzados" son aquellos donde menos del 2% de la
población es cristiana y no hay biblias disponibles en su idioma. Según Marv
Newell, de Mission Nexus, un grupo se considera “no alcanzado” si cumple con
los “tres no”: no hay iglesias, no hay biblias y no hay creyentes en la
comunidad.
A pesar de los
desafíos geográficos y culturales, organizaciones misioneras alrededor del
mundo trabajan incansablemente para llevar el Evangelio a estas regiones. En el
sur de Asia, donde hay una enorme concentración de personas no alcanzadas, los
misioneros Campbell y Elizabeth Bach lideran esfuerzos para plantar iglesias en
miles de aldeas.
Un ejército de
obreros: Misioneros listos para cambiar la historia
La Junta de
Misiones Internacionales (IMB) ha respondido al llamado enviando 300 nuevos
misioneros para localizar y alcanzar comunidades que jamás han oído de Jesús.
La mayoría de estos mensajeros de la fe son jóvenes entre 20 y 30 años,
comprometidos con llevar la esperanza de Cristo a donde sea necesario.
Por otro lado, el
misionero Rees Morgan, con experiencia en Guinea y otras naciones, ha
desarrollado estrategias para establecer los primeros contactos con tribus y
grupos cerrados al cristianismo. Su misión es crear puentes entre estas
comunidades y la Iglesia global, asegurando que el mensaje de salvación llegue
a los corazones que aún no han sido tocados por Dios.
El desafío continúa: ¿Quién irá?
La historia de la
tribu en Kenia es solo una muestra de lo que Dios está haciendo en los rincones
más lejanos del mundo. Sin embargo, la labor misionera aún tiene un camino
largo por recorrer. La pregunta es: ¿Quién responderá al llamado de llevar las
buenas nuevas a quienes aún no han escuchado?
Jesús dijo:
"La mies es mucha, más los obreros pocos" (Mateo 9:37). La gran
cosecha espiritual está lista, pero se necesitan más trabajadores dispuestos a
llevar la luz del Evangelio a las naciones.
Si esta historia
tocó tu corazón, ora por los misioneros en el campo y considera cómo puedes ser
parte de esta gran misión. ¡El mundo necesita más embajadores del Reino!
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