Cristianos bajo ataque: Iglesias cerradas, familias perseguidas y fe puesta a prueba
Liderar una iglesia en Nicaragua es cada vez más peligroso. Desde el estallido de protestas en 2018 contra el régimen de Daniel Ortega, los cristianos en Nicaragua han enfrentado una creciente persecución. Pastores y líderes de iglesias viven con miedo, sufriendo represalias como prisión, confiscación de bienes, cierre de organizaciones, vigilancia extrema e incluso el exilio forzado.
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Adriana* y su
esposo, pastores en Managua, han sido testigos de esta opresión en carne
propia. Criaron a sus hijos en la fe, pero cuando estos participaron en
manifestaciones pacíficas, se convirtieron en blancos del régimen. Uno de ellos
fue atacado por la policía mientras asistía a un evento religioso y tuvo que refugiarse allí durante cinco días. Otro hijo
se vio obligado a esconderse tras un violento operativo policial contra manifestantes.
El costo de la fe:
persecución, ansiedad y pérdida
El estrés y el
temor han cobrado factura en la salud de Adriana, quien desarrolló problemas
cardíacos debido a la constante presión. Pero la situación empeoró cuando su
esposo, por convicción, se negó a participar en unas elecciones consideradas
fraudulentas. Como represalia, el gobierno cerró su iglesia y anuló su registro
oficial.
Además, la familia
comenzó a ser monitoreada de cerca por las autoridades, enfrentando
restricciones para acceder a documentos esenciales para la educación de sus
hijos.
La fe como única
esperanza
Lo que vive Adriana
no es un caso aislado. “Muchos pastores en Nicaragua están sufriendo en
silencio. No pueden dormir, viven llenos de ansiedad y miedo. No saben si
mañana serán ellos quienes pierdan sus iglesias, sus tierras o incluso sus
cuentas bancarias”, expresa.
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A pesar de todo, su
fe sigue firme. “Sabemos que la persecución es parte de seguir a Cristo.
Nuestra esperanza es permanecer fieles hasta el final, sin inclinarnos ante un
sistema que contradiga las leyes y principios del Reino de Dios”, concluye.
Al menos 256 asociaciones ligadas a la Iglesia protestante o evangélica han sido cerradas desde el 2023 en Nicaragua, como parte de las más de 3.500 ONG clausuradas por el gobierno de Daniel Ortega en los últimos años.
*Nombres cambiados por seguridad.
Oremos por nuestros
hermanos en Nicaragua, por fortaleza en medio de la prueba y por libertad
religiosa en el país.
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