Porque Jesús no fue solo historia… ¡es poder que sigue vivo!
En Semana Santa, recordamos el sacrificio, el amor y la
redención que Jesús trajo a este mundo. Pero más allá de su muerte y
resurrección, hay algo que a veces olvidamos: Jesús tuvo un ministerio lleno de
milagros, señales que no solo demostraron su divinidad, sino también su
compasión por el sufrimiento humano.
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Hoy, queremos revivir 10 de los milagros más impactantes
que Jesús hizo en la Tierra. Cada uno nos revela algo profundo: que el mismo
Jesús que sanó, levantó muertos y calmó tormentas... sigue obrando hoy.
1. Jesús transforma el agua en vino
📖 Juan
2:11 – “Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su
gloria; y sus discípulos creyeron en él.”
Jesús puede transformar lo ordinario en extraordinario.
Ese matrimonio iba rumbo al desastre, pero Jesús intervino y convirtió la
vergüenza en gozo. Él aún transforma hogares rotos, corazones vacíos y momentos
grises en algo glorioso.
2. Sanó al siervo del centurión desde la distancia
📖 Mateo
8:13 – “Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y
su criado fue sanado en aquella misma hora.”
Jesús no necesita estar físicamente presente para obrar
un milagro. Él responde a la fe verdadera, aunque haya distancia, tiempo o
diagnóstico. ¡Cree,
y verás su mano moverse!
3. Calmó la tormenta con solo su voz
📖 Marcos
4:39 – “Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y
cesó el viento, y se hizo grande bonanza.”
No hay tormenta más fuerte que su palabra. Si estás en
medio del caos, recuerda que Jesús no duerme... Él sigue calmando tempestades con una
sola orden.
4. Alimentó a más de cinco mil con cinco panes y dos
peces
📖 Mateo
14:20 – “Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los
pedazos, doce cestas llenas.”
Cuando parece que no hay suficiente, Jesús multiplica lo
poco que tienes. No subestimes tu semilla, tu talento o tu fe: ¡en manos de
Dios, todo se multiplica!
5. Sanó a la mujer del flujo de sangre
📖 Marcos
5:34 – “Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de
tu azote.”
Doce años de dolor se desvanecieron en un solo toque. Si
hoy te sientes invisible, rechazado o agotado, Jesús quiere decirte lo mismo: “Hija,
hijo… tu fe te ha hecho salvo.”
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6. Resucitó a la hija de Jairo
📖 Marcos
5:41 – “Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es:
Niña, a ti te digo, levántate.”
Lo que otros ya dan por muerto, Jesús lo puede levantar.
¡Tu llamado, tu fe, tu familia… no están perdidos! Escucha su voz diciéndote:
“Levántate”.
7. Sanó a un ciego de nacimiento
📖 Juan
9:6-7 – “Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con
el lodo los ojos del ciego… y fue, y se lavó, y regresó viendo.”
A veces, el proceso no es bonito ni entendible, pero el
resultado es glorioso. Jesús sigue abriendo ojos, no solo físicos, sino
espirituales.
8. Sanó a un leproso tocándolo
📖 Mateo
8:3 – “Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al
instante su lepra desapareció.”
Jesús toca lo que otros rechazan. Nadie está demasiado
sucio, roto o impuro para Él. Su toque sigue sanando, limpiando y restaurando.
9. Expulsó una legión de demonios
📖 Marcos
5:8 – “Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo.”
No hay cadena que Jesús no pueda romper. Ninguna opresión
es más fuerte que su autoridad. Él vino a libertar a los cautivos… ¡y lo sigue
haciendo hoy!
10. Resucitó a Lázaro después de cuatro días
📖 Juan
11:43-44 – “Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el
que había muerto salió…”
Aún cuando ya huele mal, aún cuando otros ya enterraron
la esperanza, Jesús llega y llama a la vida. ¡Lo imposible es solo el escenario
perfecto para su gloria!
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Cada uno de estos milagros no fue solo un acto de poder,
sino una expresión de amor. Jesús vino a sanar, liberar, restaurar y levantar…
y lo sigue haciendo hoy. Él está vivo. Su tumba está vacía. Y su poder no ha
disminuido.
En esta Semana Santa, no solo recuerdes lo que hizo… sino lo que sigue haciendo. Si estás esperando un milagro, este es tu recordatorio: ¡Jesús no ha cambiado! Él aún obra en lo imposible. Cree, confía y acércate con fe.
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