En un mundo donde muchos pueden compartir memes, ideas o productos con solo un clic, en China, nueve valientes cristianos fueron sentenciados a prisión por compartir la Palabra de Dios.
Varias personas leen la Biblia en Lueyang, China. Las
iglesias subterráneas fueron su única opción durante la represión de la
Revolución Cultural y ahora se conservan como historia viva de la cristiandad
china. Foto: EFE
Noticias Cristianas. Esto ocurrió en Mongolia
Interior, una región autónoma al norte del país. Allí, estos hermanos
decidieron distribuir Biblias entre su comunidad. Pero como lo hicieron fuera
de los canales aprobados por el gobierno, fueron acusados de “operaciones
comerciales ilegales”.
¿El “crimen”? Comprar Biblias publicadas
legalmente… y revenderlas a un precio más bajo, solo para que más personas
pudieran conocer a Cristo. No lo hicieron por ganancia. Lo hicieron por amor.
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Sus penas van desde un año hasta casi cinco años de cárcel, y
las multas superan los 137.000 dólares.
¿Qué clase de mundo
encarcela a quienes comparten esperanza?
La historia de Wang Honglan, una de las líderes del
grupo, es desgarradora. Fue condenada a cuatro años y diez meses de prisión y
multada con un millón de yuanes. Y no es la primera vez que es
perseguida por su fe.
Durante el juicio, los acusados dejaron algo muy claro:
“No
lo hicimos por dinero, lo hicimos por el Evangelio”.
No pertenecían a una iglesia estatal, sino a una iglesia
doméstica, donde la fe se vive con intensidad, pero en secreto.
Las Biblias que compartieron eran legales, sí, pero el gobierno chino considera
ilegal distribuirlas fuera de su estructura religiosa controlada: el Movimiento
Patriótico de las Tres Autonomías.
La Biblia que tú
puedes leer libremente, allá cuesta la libertad
Mientras tú y yo podemos abrir la Biblia sin miedo, otros
pagan
con cárcel su fidelidad a Cristo.
Cinco de los encarcelados ya han cumplido su condena bajo prisión preventiva.
Pero las marcas de esta persecución quedarán en sus cuerpos, corazones y
familias.
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Y mientras tanto, el gobierno chino sigue
endureciendo las medidas: prohíbe que misioneros extranjeros
prediquen, funden iglesias o produzcan literatura cristiana. Hasta la
predicación de clérigos extranjeros debe ser autorizada y supervisada.
¿Hasta cuándo
seguirán silenciando al Evangelio?
Aunque puedan encarcelar cuerpos, la
Palabra de Dios jamás será encadenada (2 Timoteo 2:9).
Estos hermanos han demostrado con hechos que vale la pena perderlo
todo por Cristo, incluso la libertad, incluso la comodidad.
📖 “Bienaventurados
los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el
reino de los cielos” (Mateo 5:10).
¿Qué podemos hacer
nosotros?
🙏 Ora por los cristianos
perseguidos en China y en todo el mundo.
✝️ Valora la libertad que
tienes para leer y compartir la Palabra.
📖Sé un portador de la
Biblia viva en tu casa, en tu comunidad, en las redes.
Y si Dios te mueve el corazón, comparte esta
historia. Que más personas sepan que el Evangelio sigue
avanzando, incluso entre rejas.
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