Festival Park fue escenario de una noche que desbordó fe, gozo y transformación. El nombre de Jesús fue exaltado mientras decenas descendían a las aguas con lágrimas y gratitud.
Imágenes de Manna Church.
La presencia de
Dios descendió con poder en Fayetteville, Carolina del Norte. En un culto
evangelístico al aire libre, cerca de 200 personas fueron bautizadas
públicamente, testificando su fe en Cristo. Lo que comenzó como una
convocatoria de adoración, terminó siendo un avivamiento inolvidable.
Una
noche donde el cielo tocó la tierra
El evento, organizado por la Iglesia Manna, se llevó a
cabo en el Festival
Park, un espacio abierto preparado especialmente para recibir a
cientos de asistentes sedientos de Dios. Bajo el nombre “Adoración y Bautismo
en el Parque”, la actividad buscaba más que una reunión… buscaba una
experiencia con Jesús. Y así fue.
“La noche MÁS increíble en Festival Park. Cerca de 200
personas tomaron la decisión de declarar públicamente su fe a través del
bautismo en aguas. ¡Qué mover de Dios!”, publicó la iglesia en sus redes
sociales.
Una
fe viva, pública y poderosa
El pastor principal, Chris Fletcher, fue uno de los
primeros en bautizarse durante la jornada, marcando un ejemplo para los
presentes:
“Sentí que debía practicar mi fe delante de todos, como un testimonio vivo del poder de Jesús en mi vida”, declaró emocionado.
Manna Church cuenta con 33 campus alrededor de bases
militares en Estados Unidos. Su visión nació cuando, debido a las constantes
transferencias, muchos miembros debían mudarse. La respuesta
fue sembrar iglesias dondequiera que fueran enviados.
Testimonios
que estremecen el corazón
Durante la noche, más de 200 personas descendieron a las
aguas y otras 20 se entregaron a Cristo por primera vez. Entre los bautizados,
estaban amigos cercanos de los hijos del pastor, lo que añadió una carga
emocional especial al momento.
“Nuestros corazones rebosan gratitud. ¡Gracias, Jesús!”, exclamó Fletcher, conmovido al ver a jóvenes tomando decisiones eternas.
Las redes sociales se llenaron de mensajes celebrando lo
ocurrido: “Presenciar la transformación de vidas por Jesús es algo que no se
olvida”, escribió un miembro de la iglesia.
El
avivamiento no está en pausa: está en marcha
Este mover no fue solo una noche emotiva, fue una señal
del avivamiento que Dios está trayendo a Estados Unidos y al mundo. Cuando hay
corazones dispuestos, el Espíritu Santo se manifiesta, las aguas se abren y las
almas responden.
La Iglesia Manna lo entiende bien: está sembrando no solo
iglesias, sino vidas firmes en Cristo, en lugares estratégicos donde Dios
quiere hacer algo nuevo.
Cada persona que
descendió a las aguas fue celebrada por los cielos. Cada alma entregada a Jesús
fue una victoria eterna.
¿Y
tú? ¿Ya has dado ese paso de fe?
El avivamiento no es una emoción, es una decisión. Lo que Dios hizo en Carolina
del Norte puede hacerlo también en tu vida, en tu iglesia, en tu ciudad.
“Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y
lava tus pecados invocando su nombre.” – Hechos 22:16
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