Palabras del Padre a tu corazón:
“Hijo mío, hija mía…
Sé que sientes que tus oraciones suben al cielo y no obtienen
respuesta. Sé que tus lágrimas han sido muchas y tu fe ha intentado mantenerse
firme, aun cuando el silencio parece ser mi única respuesta. Pero quiero que
sepas algo importante: el silencio no es ausencia. Yo estoy aquí. Yo te oigo.
Yo te abrazo, aunque tú no lo sientas.
No siempre te respondo en el tiempo que esperas, porque veo más allá de
tu momento. Yo veo el todo. A veces, mi respuesta no es lo que tú deseas, pero
sí lo que necesitas. Otras veces, estoy trabajando detrás de escena, preparando
puertas, corazones, o cambios en ti. Cuando callo, te estoy enseñando a
confiar, a perseverar, a esperar con propósito.
Recuerda, la fe verdadera no se mide por las respuestas que recibes,
sino por cuánto me sigues amando cuando crees que no estoy hablando. Tu oración
no ha sido ignorada. Está en mi trono. Está en mis manos. Y Yo, que soy fiel,
no la dejaré sin fruto.
Confía en mí, aun cuando no entiendas. Porque mi amor por ti nunca
calla, ni duerme, ni se detiene.
Te amo más de lo que comprendes.
— Dios”.
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Quizá hoy no ves la respuesta, pero eso no significa que Dios no esté actuando. Él está más cerca de lo que imaginas, incluso en el silencio. Sigue orando, sigue creyendo, sigue confiando. Su tiempo siempre es perfecto.
Versículo del día – Romanos 8:28
(RVR60):
“Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados.”
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