El Parlamento británico aprueba enmienda que despenaliza el aborto en todas las etapas del embarazo. La medida genera fuerte rechazo de organizaciones provida por considerarla una amenaza para la vida y la salud de las mujeres.
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Con 379
votos a favor y 137 en contra, el Parlamento británico eliminó
este martes las sanciones penales para mujeres que aborten en cualquier momento
del embarazo, incluso en fases cercanas al parto. Hasta ahora, la ley permitía
el aborto hasta las 24 semanas con autorización médica, y excepcionalmente
después de ese plazo. La nueva enmienda, presentada por la diputada laborista
Tonia Antoniazzi, representa un cambio radical en la legislación.
Organizaciones provida y cristianas han
condenado la medida como “inhumana” y “extrema”, al considerar que desprotege
por completo a los bebés en gestación. Alithea Williams, vocera de la Sociedad
para la Protección de los Niños No Nacidos, advirtió:
“Una mujer que decida abortar incluso minutos antes del
nacimiento, ya no cometería ningún delito. Esto deja sin voz a los más
vulnerables”.
Desde la organización cristiana CARE,
Caroline Ansell lamentó la aprobación:
“Este paso abre la puerta a abortos tardíos dolorosos y
traumáticos para las mujeres. Se debilita la protección legal y se ignora el
sufrimiento emocional que muchas enfrentan tras un aborto”.
Los críticos también apuntan que la decisión se tomó sin
un proceso de consulta pública ni debates amplios, lo que
ha generado descontento incluso entre algunos parlamentarios. Muchos votaron en
base a su conciencia, al tratarse de un asunto ético y no partidista.
Según datos oficiales, en 2022 se realizaron más
de 250,000 abortos en Inglaterra y Gales. Expertos estiman que
esta cifra podría aumentar significativamente al eliminarse el marco penal que
regulaba los plazos.
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La vida
humana es un don sagrado, creado por Dios desde la concepción.
Esta decisión del Parlamento británico representa no solo una crisis
legal y moral, sino un llamado urgente para la Iglesia y todos
los defensores de la vida.
Oremos y actuemos con compasión y firmeza. Levantemos nuestra voz a favor
de los no nacidos, apoyemos a las mujeres en crisis con alternativas de
esperanza, y proclamemos que toda vida —sin importar su etapa— tiene un valor
eterno ante los ojos de Dios.
“Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos
los desamparados” (Proverbios 31:8).
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