Las lluvias arrasaron con familias, sueños y vidas inocentes. La nación llora mientras siguen las labores de rescate. “El último mensaje fue: ‘Nos está arrastrando el agua’”.
Leighton Sterling, una vecina de Kerrville, observa el desbordado río Guadalupe en Texas. (GETTY IMAGES).
Noticias Cristianas. Un fin de semana de celebración se convirtió en un río de luto. Lo que debía ser una noche de descanso bajo las estrellas del 4 de julio, se convirtió en una pesadilla inimaginable. Las aguas del río Guadalupe crecieron con furia en medio de la madrugada, arrasando con todo a su paso en la región central de Texas. El saldo: al menos 104 personas muertas, incluyendo 28 niñas que se encontraban en Camp Mystic, un campamento cristiano en el Condado de Kerr.
Los cuerpos fueron encontrados entre lodo, escombros y
árboles arrancados de raíz. Algunas menores fueron arrastradas mientras
dormían. Otras intentaron correr. Muchas simplemente desaparecieron. Las
familias recibieron mensajes de auxilio en medio del caos: “Nos está
arrastrando el agua” fue el último texto que varios padres recibieron antes del
silencio absoluto.
El
agua no perdonó
Los meteorólogos habían advertido de lluvias fuertes, pero nadie esperaba la magnitud del desastre. El río Duliu sobrepasó niveles históricos y las lluvias no han cesado. Las zonas ya saturadas de agua impiden que los helicópteros aterricen con facilidad. Los rescatistas luchan contra el tiempo, el barro, la desesperación.
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Camp Mystic albergaba a más de 700 personas. Hoy, es un
lugar lleno de recuerdos rotos: mantas de niñas cubiertas de lodo, ositos de
peluche atrapados entre ramas, ventanas destrozadas por la fuerza brutal del
agua. Es la imagen viva de una tragedia que duele en el alma.
Las lluvias torrenciales
causaron inundaciones devastadoras que causaron la muerte de al menos 27
personas, y se esperan más lluvias. | Foto: AFP
Texas
llora... y Estados Unidos también
“El estado entero está de luto”, declaró el senador Ted
Cruz, con la voz quebrada. “Las niñas que perdimos en Camp Mystic son la
pesadilla de cualquier padre”. El presidente Donald Trump anunció su visita a
la zona afectada para este viernes, y declaró el área como zona de desastre
mayor, lo que permitirá la llegada de recursos federales.
Pero también hubo controversia. Algunos señalaron que
recortes previos al sistema meteorológico habrían debilitado las alertas. La
Casa Blanca respondió negando responsabilidades y calificando tales
afirmaciones como “depravadas” en momentos de dolor nacional.
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Las
cifras y el dolor:
- 104 muertos confirmados
- 28 eran menores de edad
- 84 víctimas solo en el condado de Kerr
- Miles de familias evacuadas
El
miedo de que las lluvias continúen
Mientras tanto, Texas sigue bajo amenaza de nuevas
inundaciones. El gobernador Greg Abbott advirtió que las condiciones siguen
siendo peligrosas y pidió a la población mantenerse alerta.
La
fe bajo el agua, pero no extinguida
Camp Mystic no era solo un campamento. Era un lugar de
fe, de cantos cristianos, de oraciones, de amistad inocente. Hoy, muchas
familias lloran no solo la pérdida de sus hijas, sino también la pérdida de su
paz.
Louis Deppe, un voluntario de 62 años que apoya a padres
con hijos desaparecidos, dijo con lágrimas en los ojos:
“Este lugar solía ser alegría. Hoy es silencio, lodo y preguntas sin respuesta”.
El
impacto de un clima que cambia
Las inundaciones repentinas no son nuevas en Texas, pero
se han intensificado en frecuencia y fuerza. Los expertos apuntan al cambio
climático como uno de los factores detrás de estos eventos extremos.
“El planeta está gritando”, dijo una voluntaria ambientalista. “Y estas niñas pagaron un precio demasiado alto”.
Que
su memoria sea eterna
Hoy, oramos por las familias. Por las niñas. Por los
rescatistas. Por una nación que no puede acostumbrarse a perder a los más
inocentes. Que el consuelo de Dios abrace a cada padre y madre en duelo.
Con información de AFP, Semana, El País.
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