India bajo ataque: Tumbas cristianas y niños quemados en nuevas oleadas de odio religioso. La fe en Jesús se ha vuelto una sentencia de muerte en algunas regiones del país.
Noticias Cristianas. Lo que ocurrió el 21 de junio en la región tribal de Malkangiri, en Odisha, India, es un retrato desgarrador de la persecución moderna: más de 30 cristianos asesinados, 20 heridos de gravedad, cientos desplazados y una iglesia local convertida en refugio improvisado.
El ataque, perpetrado por una multitud de entre 1.500 y 2.000 personas, fue motivado por una sola razón: las víctimas habían dejado la religión tradicional para seguir a Cristo.
Todo comenzó al caer la tarde. Lo que parecía una jornada normal de trabajo agrícola se transformó en una emboscada coordinada. Grupos de extremistas, armados con palos, piedras y cuchillos, descendieron sobre las comunidades cristianas con furia desmedida.
Las familias corrieron hacia la
iglesia local buscando protección, pero fueron alcanzadas antes de llegar.
Golpes, gritos y llantos llenaron las calles de Malkangiri. Algunos testigos
afirman haber escuchado a los atacantes gritar: “Renuncien a Jesús o mueran”.
Nadie lo hizo.
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Uno de los pastores, que logró sobrevivir al ataque, notificó a la policía, que acudió tarde y apenas logró trasladar a los más graves al hospital distrital.
“Estamos brindando ayuda de emergencia y
cubriéndolos en oración”, relató Lia (seudónimo), colaboradora local de Puertas
Abiertas, una organización que apoya a los cristianos perseguidos.
Pero esta no fue una tragedia aislada. Semanas antes, en otro distrito de Odisha llamado Keonjhar, 20 familias cristianas fueron excluidas de la vida diaria de su comunidad.
Comerciantes se negaron a
venderles alimentos, obligándolos a vivir en condiciones infrahumanas. Ni pan
ni medicinas. Solo hambre y el silencio cómplice de quienes prefirieron no
intervenir.
En el centro del país, en Jabalpur (Madhya Pradesh), el
18 de mayo, un grupo de extremistas religiosos interrumpió un culto dominical,
entonando consignas y cánticos hindúes mientras exigían el cierre de la
iglesia. El pastor, junto con una organización local, denunció el hecho ante la
policía, pero hasta ahora no se ha conocido ninguna acción judicial.
La combinación de estos ataques muestra una escalada coordinada de odio contra los cristianos en India, donde la conversión al cristianismo se ve como una traición cultural, y donde el nacionalismo religioso busca erradicar cualquier forma de fe diferente al hinduismo tradicional.
Hoy, decenas de familias cristianas en India duermen en
el suelo, bajo lonas improvisadas, sin comida, sin agua, sin garantías. Pero
con fe. Fe en un Dios que los ve, los cuida y no los abandona. Y fe en que el
cuerpo de Cristo —la Iglesia global— no será indiferente a su sufrimiento.
En medio del miedo, los cristianos de India no han negado
su fe. Su valor es testimonio vivo de un Evangelio que no se apaga ante la
oscuridad. Pero ellos nos necesitan ahora.
Ora. Comparte. Apoya. La persecución no es una historia antigua. Está ocurriendo hoy, y tú puedes ser parte de la respuesta.
“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de
la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.” — Mateo 5:10
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