D. L. Moody: El Rebelde del Evangelismo Moderno que pasó de ser Zapatero a Evangelista

Dwight Lyman Moody, un hombre que desafió todas las expectativas y se convirtió en una fuerza revolucionaria en el evangelismo moderno. Pero, ¿Cómo logró Moody trascender las adversidades y cuál es su impacto duradero?

 



El Comienzo en Boston: De Zapatero a Predicador Famoso

D. L. Moody nació el 5 de febrero de 1837 en Northfield, Massachusetts, en una familia de albañiles. Huérfano de padre a los 4 años, su madre no lo alentó a explorar la Biblia, y su educación se limitó al equivalente de quinto grado. A los 17 años, se aventuró a Boston en busca de oportunidades. Tras semanas de búsqueda, obtuvo un trabajo en la tienda de zapatos de su tío, pero el empleo estaba condicionado a su asistencia a la iglesia para alejarlo de malas influencias.

 

En Boston, asistió a la Iglesia Congregacional Mt-Vernon, donde escuchó a Edward Norris Kirk. Fue su maestro de escuela dominical, Edward Kimball, quien lo invitó a comprometerse con Cristo el 21 de abril de 1855, marcando el inicio de su transformación espiritual.

 

El Viaje al Oeste: Evangelismo en Chicago

Cansado de Boston, Moody llevó sus sueños al oeste, a Chicago. Sus modales audaces encajaron mejor allí, y consiguió un trabajo como vendedor de zapatos. Además, se involucró en esfuerzos evangelísticos, enseñando a jóvenes escépticos en una misión en North Wells Street.


Ilustración de una cruzada de D. L. Moody.

 

En 1861, abandonó su trabajo para centrarse en el trabajo social y evangelístico. Atrajo a niños de familias desfavorecidas con dulces y paseos en pony, combinando el evangelismo con la atención a las necesidades prácticas. Su corazón estaba en llegar a la juventud perdida de la ciudad.

 

Presidencia en la YMCA y Servicio Durante la Guerra Civil

Moody se convirtió en presidente de la YMCA de Chicago, donde abogó por causas evangelísticas y promovió la distribución de tratados. Durante la Guerra Civil, rechazó luchar, optando por trabajar a través de la YMCA y la Comisión Cristiana de los Estados Unidos para evangelizar a las tropas.

 

Su deseo era claro: llegar a la juventud desfavorecida. La escuela dominical creció, llevándolo a fundar la Illinois Street Church en 1864.


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En 1871, Chicago ardió en llamas, destruyendo la iglesia, el hogar de Moody y la YMCA. La reconstrucción fue difícil, llevándolo a viajar a Nueva York en busca de fondos. Sin embargo, una experiencia poderosa en Wall Street lo llevó a cambiar su enfoque, dedicándose exclusivamente a la evangelización.

 

Cruzadas Evangelísticas de Moody: Innovaciones y Éxito

En 1873, se dirigió a Inglaterra, sorprendiendo a las Islas Británicas con sus reuniones evangelísticas. Su visita dejó una impresión duradera e inspiró iniciativas en toda la región. De regreso en Estados Unidos, se embarcó en cruzadas evangelísticas, innovando en estrategias como visitas de evangelistas casa por casa, enfoque interdenominacional, apoyo financiero empresarial y espacios masivos para las reuniones.

 

En 1879, Moody se volcó hacia la educación, fundando el Seminario Northfield para niñas y la Escuela Mount Hermon para niños. Estableció conferencias bíblicas de verano e institutos bíblicos, reconociendo la necesidad de formación práctica en el ministerio.

 

Viajando entre Europa y América, realizó campañas evangelísticas ante más de 100 millones de personas. Su influencia se extendió a evangelistas como Billy Sunday y Billy Graham, y su enfoque social inspiró un compromiso profundo con el ministerio social entre los evangélicos.

 

Su legado incluye la Asociación Colportage, hoy conocida como Moody Press, que continúa operando. Moody falleció el 22 de diciembre de 1899, dejando un impacto duradero en la evangelización y la educación cristiana.

 

El Legado que Perdura: Reflexiones Finales

La visión práctica y sencilla de Moody perdura en instituciones como el Instituto Bíblico que lleva su nombre. Su vida, marcada por la pasión por los perdidos, dejó un camino para los cristianos modernos. Su ejemplo de oración, humildad y compromiso financiero para la expansión del reino de Dios es un desafío para nosotros hoy.

 

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La historia de D. L. Moody nos impulsa a reflexionar sobre nuestro compromiso con el evangelismo. ¿Cómo podemos despertar la pasión por los perdidos en la era actual? ¿Cómo podemos mostrar el evangelio de manera relevante y transformadora? Comparte tus reflexiones y compromisos para llevar el mensaje de Cristo a aquellos que aún no lo conocen.


 

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Con información de Bite.